Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2014

Semblanza de D. Víctor Pérez-Díaz
por Elisa Chuliá

Víctor Pérez-Díaz

Si la lucidez intelectual, la prudencia en el juicio y la templanza de ánimo son cualidades inestimables para un académico en cualquier época, su valor crece en tiempos de inquietud social e incertidumbre política, de los que no escasea precisamente la historia contemporánea española ni tampoco la actualidad. Víctor Pérez-Díaz ha dado muestra de esas cualidades en un largo centenar de textos publicados, así como en incontables intervenciones públicas, sobre prácticamente todas las dimensiones de la sociedad. La consistencia y continuidad de su trayectoria académica, y la extensa difusión de su obra en España y en el extranjero, le han valido distinciones diversas en Europa y Estados Unidos. El Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2014, convocado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, se suma al amplio reconocimiento a una carrera docente e investigadora, tan productiva como sólida, que abarca más de medio siglo.

Quienes hemos seguido de cerca la intensa actividad intelectual de Víctor Pérez-Díaz coincidimos en destacar la influencia de sus escritos, sus clases y su conversación en nuestra manera de practicar la sociología y entender la sociedad. Una sociología comprometida con el conocimiento de los problemas en toda su complejidad, que, en lugar de fragmentarlos artificialmente, los sitúa en amplios marcos temporales y espaciales que favorecen las comparaciones. Y una sociedad de ciudadanos que piensan y actúan conforme a sus preferencias e intereses, pero también a sus valores culturales, y que históricamente han logrado avanzar a través de procesos de aprendizaje colectivo del todo ajenos a los grandes proyectos de ingeniería política y social.

Tomando como referencia analítica y normativa a la sociedad civil en sentido amplio, tal como la concibieron los ilustrados escoceses del siglo XVIII, la sociología de Víctor Pérez-Díaz estudia la realidad social indagando en los motivos y las experiencias de quienes la configuran, y el sentido del que dotan a sus acciones. Y lo hace así no solo por convicción científica, sino también cívica: a la sociedad hay que escucharla y facilitarle el acceso a una información plural y veraz, capacitándola para deliberar y adoptar decisiones razonables, no tutelarla ni someterla a los planes racionalistas más o menos bienintencionados de “las elites de turno”, como él las denomina a menudo. Solo unas elites tan conscientes de sus propios límites como de la fragilidad y la contingencia de la democracia, que se sientan parte de la sociedad civil y no portadoras de un proyecto moral por encima de ella, merecen el respeto y el respaldo de los ciudadanos.

A través de la publicación de sus reflexiones y análisis, de su genuina disposición a conversar y a debatir, Víctor Pérez-Díaz ha conseguido crear y consolidar a lo largo de las últimas décadas una comunidad intelectual abierta, formada por sus estudiantes, sus compañeros y amigos, que comparten el interés en razonar y debatir los asuntos públicos con libertad, honestidad y confianza, orientándose hacia la búsqueda de una verdad más provisional que concluyente, siempre irreductible a lemas y consignas. En un país como el nuestro, este es un logro poco habitual. Por ello, Víctor Pérez-Díaz merece un agradecimiento específico, que se añade al que suscita todo el esfuerzo biográfico y el empeño humanista puestos en desarrollar su pensamiento, en construir sus argumentos, y en enseñar y difundir los resultados de sus investigaciones. Gracias, Víctor.

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